top of page

Mi historia real: sin filtros, sin dietas, con empatía..

_TPF1272-Editar.jpg

Hola, soy Eunice👋

Tengo 27 años, y por mucho tiempo viví atrapada en el mundo de las dietas, el miedo al espejo y la idea equivocada de que para valer tenía que encajar en un molde. Viví creyendo que entre más delgada, más aceptada sería. Y eso me hizo mucho daño.

Hoy mi vida es otra. Cocino con amor, me muevo con intención y me hablo bonito. Estoy aprendiendo a cuidarme desde el cariño, no desde el castigo.

En este espacio comparto todo lo que me ha ayudado a construir una relación real y sostenible conmigo misma: desde alimentación intuitiva, hasta rutinas de movimiento que me llenan el alma.

 

Todo lo que ves aquí nace de la empatía, la experiencia y las ganas de ayudarte a sentirte bien contigo, como lo estoy logrando yo.

De las dietas y el rechazo, al amor propio y la libertad

Durante muchos años viví atrapada en un ciclo de dietas restrictivas. La idea de “comer poquito” estaba tatuada en mi mente. Me enseñaron que para bajar de peso tenía que dejar el arroz, eliminar los carbohidratos y vivir con hambre. Pero cada intento terminaba igual: atracones, culpa… y más peso.

No era solo físico, era emocional. Me sentía débil, vacía, peleada con la comida y conmigo misma. Perdía “peso” en días, pero ganaba inseguridad, frustración y tristeza. Cada rebote era un golpe a mi autoestima.

Crecí escuchando frases como: “delgada te verías más bonita”,  o “tienes que comer poquito para adelgazar”, y durante mucho tiempo pensé que eran verdad.

Recuerdo cuando cosas tan simples como amarrarme los zapatos se volvieron difíciles. Me sentía drenada, desconectada, incómoda… y ahí dije: ¡Basta!

Busqué algo diferente. Y así conocí la alimentación intuitiva.

Descubrí que comer saludable no es pollo con lechuga todos los días. Aprendí a escuchar a mi cuerpo, comer con hambre real, parar al estar satisfecha. Hoy cocino con amor, disfruto la comida real, me permito mis antojitos sin culpa… y lo más importante: ya no me juzgo, ni me castigo.

_TPF1190-Editar.jpg
_TPF1328-Editar.jpg

El ejercicio también sanó conmigo

Mi relación con el ejercicio tampoco fue fácil. Por mucho tiempo lo asocié solo con “bajar de peso”. Lo veía como castigo, una deuda con mi cuerpo. Y claro, me cansaba, me frustraba y lo dejaba.

En 2023, después de una cirugía, pasé dos meses en cama. Mi salud tocó fondo. Pero esta vez fue diferente: no desde el rechazo, sino desde el amor.

A mediados de marzo de 2024 empecé a caminar con mi perrita. Sin presión. Solo quería reconectar. Luego, decidí entrar al gimnasio. Primero 3 días, luego 4, 5... Fui construyendo una rutina desde la calma.

En 2025 descubrí el running, y llevo meses corriendo con amor. Hoy me considero una atleta híbrida: combino fuerza con cardio, y lo disfruto. El síndrome del impostor no puede conmigo. Soy una atleta híbrida, y punto✨

Además, practico yoga desde 2021. Al principio iba y venía, pero hoy lo mantengo una vez por semana o cada 15 días. Es mi espacio de pausa, conexión y salud mental.

Más que ejercicio, todo esto se ha convertido en mi terapia en movimiento. Una forma real, sostenible y bonita de cuidarme💗

Hoy me muevo y me alimento porque me amo,
no porque me odio

Hoy entiendo que si quiero llegar a viejita con energía, con músculos fuertes, huesos sanos y vitalidad… ese camino se empieza a construir desde ahora, mientras soy joven.

Hago ejercicio porque me gusta, porque me hace bien.
Como rico y saludable porque disfruto cuidarme.
Ya no lo hago desde el miedo ni desde el rechazo.
Ahora lo hago desde el amor.

No busco una transformación rápida. Sé que al construir estos hábitos sostenibles con paciencia, eventualmente llegaré a mi mejor versión física. Pero no porque quiera castigarme, sino porque me quiero demasiado para no hacerlo.

✨Este espacio es para ti

Si estás pasando por algo parecido a lo que yo viví —cansada de empezar dietas, de odiar tu reflejo, de pensar que no tienes fuerza de voluntad—, quiero decirte algo con todo mi corazón: sí se puede.

Hay otra forma.


Una forma más amorosa, más consciente, más feliz.


Y este espacio es para ti.


Para que te inspires, aprendas, y te acompañes a ti misma en este proceso desde un lugar más respetuoso, compasivo, real y bonito.

Aquí estamos, juntas, caminando hacia esa versión de ti que ya está dentro… solo que ahora lo harás con más amor.

bottom of page